30 nov 2011

Desregulación

Tenemos el semáforo en ámbar... lo mismo da.
Uno de los temas recurrentes en los debates sobre arqueología es la (des)regulación. Resulta cuanto menos curioso que, en un país con decenas de leyes y derivados, todavía no podamos presumir de una verdadera regulación que establezca cuestiones tan básicas como quién puede dirigir una intervención o cómo se deben presentar los resultados. Es cierto que algunas regiones cuentan con unas líneas bastante bien marcadas (nunca al gusto de todos) pero, no sólo las diferencias son grandes entre regiones, sino que también existen vacíos importantes que afectan a la estandarización y la calidad de nuestro trabajo.
¿De dónde viene todo esto? Es complejo explicar y entender el proceso, pero las bases están en la descantralización (con la transferencia apresurada y sin control de las competencias), la falta de recursos y el inmovilismo colectivo.
¿Qué necesitamos? Aquí es donde se abre el debate, casi ideológico. Los límites de la administración se encuentran en el propio personal y su responsabilidad/compromiso con el buen hacer. Desde una arqueología controlada al 100% como la que se practica en algunos países, a un liberalismo no intervencionista que no se atreven a practicar en todas sus consecuencias ni en el mundo anglosajón, existe un gran abanico de posibilidades entre las que hay determinados aspectos clave:
  • Control presupuestario
  • Control de seguridad
  • Control de calidad
  • Estandarización de procedimientos
  • Protección/Conservación
  • Difusión
¿Qué grado de control necesita la arqueología?
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Recordad que el debate está moderado, por lo que puede que vuestros comentarios tarden un tiempo en aparecer. No se pueden hacer comentarios anónimos y debemos guardar el respeto. Espero que os animéis a participar, en este o en otros debates que podéis proponer a través del correo-e publicarchaeology@gmail.com

[Debate iniciado por: Jaime Almansa Sánchez]

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