20 nov 2011

Día de elecciones

Hoy hace 36 años que murió Franco. Esta es la democracia que nos ha quedado.
Hoy 20-N debemos elegir nuevo gobierno. Con todo el proceso de descentralización de competencias nos afecta más bien poco, ¿o no? Durante el gobierno de Zapatero ha habido algunos avances, algunos retrocesos y muchas oportunidades perdidas. El clima de crisis nos sigue colocando en una posición terciaria dentro de las prioridades del Estado (y las Comunidades Autónomas). Por esto y por otras razones me gustaría comenzar los debates en el blog con un tema 'político'.
¿Qué le pedirías al nuevo gobierno?
Y dentro de esta pregunta, decenas de preguntas como:
  • ¿Crees que la arqueología debería ser competencia del Estado? ¿O de los municipios?
  • ¿Deberíamos cambiar el modelo de gestión actual? ¿Hacia dónde?
  • ¿Tenemos una legislación acorde a las necesidades de la profesión?
  • ¿Cuáles son los puntos flacos de la responsabilidad política sobre el Patrimonio?
  • Y un largo etcétera que os animo a ir desglosando poco a poco.
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Como comentario final, me gustaría decir que votemos a quien votemos (o aunque no lo hagamos), la responsabilidad política de un ciudadano sigue viva a lo largo de toda la legislatura. Unas elecciones no son una forma de dejar nuestros problemas en manos de otro, sino de elegir a un interlocutor con el que tratarlos. Uno de los objetivos de este libro, además de la reflexión, es poder alcanzar consensos de colectivo que nos ayuden a plantear iniciativas de cambio para nuestro trabajo. Puede que no nos escuchen, pero que no sea por no haber hablado.
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Recordad que el debate está moderado, por lo que puede que vuestros comentarios tarden un tiempo en aparecer. No se pueden hacer comentarios anónimos y debemos guardar el respeto. Espero que os animéis a participar, en este o en otros debates que podéis proponer a través del correo-e publicarchaeology@gmail.com

[Debate iniciado por: Jaime Almansa Sánchez]

1 comentario:

  1. Si tuviera que elegir una sola cosa que pedirle al nuevo Gobierno, sería RESPETO. Asumiendo que no van a mover un dedo por mejorar las cosas si no existe verdadera presión social o mediática, el respeto por la Arqueología me parece el único elemento positivo que podemos verdaderamente exigir.
    Respeto por la profesión, no permitiendo el ambiente de precariedad en el que nos movemos. Respeto por el Patrimonio, protegiéndolo de verdad (muchas veces de ellos mismos) y poniéndolo a disposición de esa sociedad a quien pertenece. Respeto por la investigación y los investigadores, apostando por un verdadero modelo de innovación y una carrera 'posible' en contra de las falacias del día a día y la nueva Ley de la Ciencia. En definitiva, respeto por su propia palabra.
    Muchas veces pienso que para estar así, sería preferible derogar las leyes de Patrimonio y dedicarnos a otra cosa (versión ultrapesimista del romper la baraja). Utopías como un modelo de gestión mixto en el que la Administración controle efectivamente la gestión de los trabajos (también en lo económico), o una sociedad que reclame el Patrimonio como su mayor bien, son sólo eso, utopías. Pero existen pasos intermedios sobre los que trabajar con los que de verdad puede conseguirse una arqueología mejor. La pregunta ahora es, ¿estamos dispuestos a dar esos pasos? Hasta ahora la respuesta del colectivo ha estado más cercana al descontrol que al orden. Puede que a corto plazo sea un sistema beneficioso para algunos (como de hecho lo ha sido), pero a largo plazo es insostenible.
    Tenemos que educar a la clase política y mientras tanto, debemos exigirles que cumplan con su responsabilidad. Para ello, la voz debe ser lo más unísona posible; debemos ser un colectivo.

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