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Desde hace unas semanas me gusta ver «Wheeler Dealers» por las noches, en ese canal tan maldito desde que el año pasado estrenó «American Digger» y le montamos una campaña de firmas. El programa trata de reciclaje. Compran coches clásicos y no tan clásicos, los arreglan y los revenden. Entre ellos, el Tiburón que mencionaba Felipe Criado en su capítulo. El otro día compraron y arreglaron un BMW M5 del año 2000 y entonces casi me da algo. El programa había empezado en el año 2003 y lo que entonces era un coche nuevo ya se había convertido en un clásico, en pasado.
Cuando titulé el libro con la palabra «futuro» no me daba cuenta de que, en el fondo, estábamos hablando del presente. Una crítica de lo que teníamos y algunas ideas sobre dónde queríamos llegar. En estos dos años hemos ido añadiendo nuevas ideas y reflexionando sobre algunas de ellas. ¿Dónde estamos?
Supongo que dos años después de la publicación no se puede considerar aún el «futuro» aunque técnicamente lo sea. Muchas de las cosas que se criticaban están igual o peor. La administración está sumida en una crísis política y presupuestaria. La universidad está cambiando muy despacio, aunque se mueve, si bien la crisis presupuestaria también le afecta, sobre todo en lo que se refiere a investigación. Qué decir de los centros de investigación, aunque seguimos creciendo en calidad y visibilidad de los resultados, el panorama en la infraestructura no es nada halagüeño. En el mundo de la empresa la crisis no ha dado tregua y las pocas perspectivas de mejora en las condiciones de trabajo se desvanecen a corto plazo. Un ámbito en el que creo que estamos llegando por fin al futuro es el de la socialización. Poco a poco las empresas que tratan de dinamizar el patrimonio han ido creciendo en diferentes formas y el SOPA ha sido un buen escaparate para tantear donde nos encontramos.
Este post se lo dedico a una pesona en particular; Martiño, nuestro capítulo 53. Porque eres el reflejo de que el futuro existe y no es un prototipo de coche o una vaga idea en un libro, sino el compromiso por llevar a cabo una arqueología mejor... y conseguirlo. Nos vemos en Ourense.